La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) está por crear un punto 10 mil millones de veces más frío que el vacío del espacio. Planea lograr esto a través de la nueva instalación Cold Atom Lab (CAL) que usará para el estudio de gases cuánticos ultrafríos en el entorno de microgravedad en la Estación Espacial Internacional.
Los resultados de esta investigación podrían dar paso a una serie de tecnologías mejoradas como sensores, computadoras cuánticas y relojes atómicos empleados en la navegación de naves espaciales.
CAL permitirá la investigación en un régimen de temperatura, y un ambiente libre de fuerzas inaccesible para los laboratorios terrestres.
En el entorno de microgravedad, los astronautas pueden lograr tiempos de observación de más de 10 segundos y temperaturas por debajo de 100 pK (fuerza que tienen las moléculas al disociarse); esto desbloquea la posibilidad de observar nuevos fenómenos cuánticos.
La instalación de CAL en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), está diseñada para mantenerse en órbita.
De acuerdo con la NASA, este nuevo trabajo científico es un experimento pionero para futuros sensores cuánticos basados en átomos refrigerados por láser, los cuales permiten mediciones precisas de una amplia variedad de fenómenos.
CAL realizará una temperatura 10 mil millones de veces más fría que el vacío del espacio, luego usará láseres y fuerzas magnéticas para ralentizar los átomos hasta que queden casi inmóviles, explica la NASA en su página de Internet.
Lo anterior permitirá a los científicos espaciales observar estos átomos ultrafríos por más tiempo en el entorno de microgravedad de la ISS.
El cero absoluto es la temperatura más fría que se puede alcanzar en el Universo, y es imposible de alcanzar porque en ese punto, los átomos dejan de moverse.
Sin embargo, el Cold Atom Laboratory (CAL) puede enfriar nubes de átomos a tan solo una décima parte del cero absoluto, lo que hace que se muevan extremadamente despacio, manifestando fenómenos cuánticos microscópicos.
Estas nubes se llaman condensados de Bose-Einstein. Se pueden crear en la Tierra, pero la gravedad supone un problema: las arrastra hacia abajo muy rápidamente, por lo que solo se pueden observar durante una fracción de segundo.
El entorno de microgravedad a bordo de la ISS superará este problema, permitiendo a los científicos de la Tierra operar el equipo de forma remota para observar los átomos hasta 10 segundos, indica Informe21.
Si podemos comprender mejor la física de los superfluidos, posiblemente podamos aprender a utilizarlos para una transferencia de energía más eficiente.