Se necesita mucho valor para dejar atrás lo que uno tiene seguro y seguir lo que realmente te apasiona. Pocos son los que lo intentan y no fracasan en el camino, tal como Nathan Sawaya, un abogado nacido en Washington que dejó atrás su carrera en Derecho y cambió los contratos por las coloridas piezas de Lego.
El amor de Nathan a los Legos nació desde que él era un niño. Su primera caja de piezas de construcción se la regalaron cuando apenas tenía cinco años, en una navidad. Sus padres y abuelos, al ver al niño sí se le daba eso de armar cosas, le regalaron más y más sets de construcción. A Nathan Sawaya le encantaba tanto hacer figuras con piezas de Lego que una vez, cuando sus papás no quisieron adoptar a un perrito, tuvo que darse a la tarea de construir uno a tamaño real. Fue ahí cuando se dio cuenta que se podía construir cualquier cosa con un par de legos y mucha imaginación.
Pero los caminos de la vida no eran como él pensaba, como los imaginaba, como los creía, y al crecer tuvo que dejar su mundo creativo para convertirse en abogado. Claro que con el tiempo se dio cuenta que eso no lo hacía feliz, y en los años 2000 decidió dejar eso atrás para volver a las andadas y reanudar su pasión por la construcción con bloques de Lego. Desde ese momento dejó de reprimir toda la creatividad e imaginación que había dejado atrás por tantos años.
Y pensamos que no pudo tomar una mejor decisión, pues basta con ver sus obras de arte para darse cuenta que la neta sí tiene talento para hacer figuras con piezas de Lego. En la actualidad Nathan tiene hasta su propia exposición, en donde actualmente se exhiben sus obras maestras de personajes de DC Comics en una exposición llamada “El arte del ladrillo”.