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Neil Harbisson, el cyborg que vive con una antena en la cabeza para "escuchar" los colores

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Neil Harbisson, el cyborg que vive con una antena en la cabeza para "escuchar" los colores

Neil Harbisson tiene una antena implantada en la cabeza que le permite oír los colores, así como recibir imágenes, videos o llamadas directamente a su cerebro. Este compositor de 33 años, oriundo de Inglaterra y criado en España, vive con este dispositivo adherido a su ser desde 2004 y es considerado el primer cyborg del mundo reconocido oficialmente como tal.

Ocurrió cuando el gobierno británico, luego de un rechazo oficial, accedió a que Harbisson empleara en el pasaporte una fotografía donde aparece con su órgano cibernético.

La idea de la antena surgió como una respuesta a una necesidad. Harbisson tiene acromatopsia, una anomalía en la visión que impide ver la diversidad de los colores. Para los ojos de este artista el mundo es negro y blanco (con sus tonalidades de grises). De ahí que decidiera buscar en la tecnología una solución para esta afección que califica como muy inconveniente en un mundo donde los colores son protagonistas.

“Es imposible ignorar el color. Está presente en todos lados y se lo nombra cada día al hablar de elementos diarios como Páginas Amarillas, La Cruz Roja, Bluetooth o la Pantera Rosa”, enumera cuando habla de este tema.

La solución la encontró en este órgano cibernético, llamado Eyeborg, que él mismo diseñó con la ayuda de expertos. Se trata de una antena que integra un chip capaz de convertir las ondas de luz en frecuencias de sonido que son percibidas como notas musicales. Así es que Harbisson puede “escuchar” los colores, y el mundo para él se convirtió en una gran melodía con cientos de variantes. Y también gracias a esta capacidad adquirida él compone conciertos de colores.

Neil Harbisson, tiene implantada la antena desde 2004 y es considerado el primer cyborg del mundo reconocido oficialmente como tal

Este reconocido artista y activista cyborg estuvo de visita por Buenos Aires, donde ofreció la charla El renacimiento de nuestras especies. Fue en el marco del evento de tecnología Campus party que se llevó a cabo en Tecnópolis. Allí habló con Infobae sobre su experiencia como cyborg y por qué cree que las futuras generaciones deben incorporar la tecnología a su cuerpo.

-¿Cómo funciona exactamente la antena?

-La antena tiene cuatro implantes: dos son para la estructura de la antena, otro implante es el chip que vibra dependiendo de la frecuencia del color y el otro implante es bluetooth que solo uso para conectarme a internet. O sea que son cuatro implantes diferentes y esto es un sensor de color que envía el color al chip que está dentro del hueso.

-Tengo entendido que hay cinco personas en el mundo que se pueden comunicar directamente con vos a través de la antena. ¿Cómo ocurre?

-Ahora hay cinco personas que tienen permiso para enviarme colores a la cabeza en cualquier hora del día o de la noche. Entonces si hay colores que a mis amigos les gusta pueden usar su móvil para mandar colores en directo a mi cabeza. O sea que si hay una puesta de sol en Australia, por ejemplo, mis amigos de Australia pueden enviar los colores a mi cabeza y yo puedo estar aquí pero percibir los colores de una puesta de sol de Australia. O si me envían colores de noche, pueden colorear mis sueños. Si me envían amarillo mientras estoy durmiendo, mi sueño se convierte en amarillo o aparecen limones o plátanos. O sea que mis amigos pueden alterar o colorea mis sueños si me mandan colores de noche.

-¿Y eso cómo lo hacen? ¿A través de una aplicación?

-Sí, los cinco tienen una aplicación que les permite enviarme colores directamente a mi cabeza.

Imagen del pasaporte que Neil Harbisson renovó en 2004 , donde se lo ve con la antena

-¿Te ha generado problemas tener una antena en la cabeza ?

-El hecho de tener una antena genera reacciones sociales y hay todo tipo de reacciones sociales. Desde los que quieren quitarla, se burlan o me preguntan qué es. Y ha habido situaciones donde me pidieron que me quite la antena pero eso no es posible porque está implantada en mi cráneo. Un caso fue cuando tuve que renovar el pasaporte, que me pidieron que me la sacara, pero al final tuvieron que aceptar la antena como si fuera un órgano.

-¿Y qué es lo más maravilloso que te pasó desde que tenés la antena?

-Para mí lo más bonito es conectarme al espacio. Poder usar la conexión a internet par conectarme a la estación internacional de la NASA y eso me permite explorar los colores del espacio sin tener que ir al espacio. Para mí esto es ser un “senstronauta” que es enviar tus sentidos al espacio y explorarlo sin tener que ir físicamente al espacio. Esto es lo más profundo para mí.

Neil Harbisson junto a a Manel Muñoz, creadores de la Transpecies Society

-¿Cómo se hace esto técnicamente?

-Me conecto al live de la NASA, entonces la antena recibe los colores de la estación. Yo me conecto a través de internet a la estación internacional.

-¿Tenés grabadas estas experiencias sensoriales?

-Si, hago conciertos de espacio donde transmito los colores del espacio al público. Y esos se llaman conciertos del espacio. Lo he hecho varias veces en festivales de música o en museos contemporáneos donde conecto en directo con el espacio.

-A través de tu fundación, Cyborg Foundation, buscas apoyar iniciativas para que los humanos se conviertan en cyborgs. ¿Lo ves como una evolución necesaria?

-Creo que es ético diseñarse a uno mismo porque somos una especie que durante miles de años hemos estado cambiando el planeta y diseñando el planeta para vivir mejor y eso creo que no es ético. Deberíamos cambiarnos a nosotros mismos para vivir en este planeta. O sea que cuantos más sentidos tengamos menos vamos a tener que cambiar el planeta. Si todos tuviésemos visión nocturna, las ciudades serían oscuras, no usaríamos luz artificial y eso sería mejor para el planeta. Si por ejemplo pudiésemos regular nuestra temperatura tampoco usaríamos aire acondicionado ni calefacción. O sea que cuantos más sentidos tengamos menos vamos a tener que cambiar el planeta. Por eso creo que es ético convertirse en cyborg o diseñarse a uno mismo. Y con la Cyborg Foundation lo que hemos hecho es abrir una asociación en Barcelona que se llama Transpecies Society con Manel Muñoz y Moon Rivas. Ahí estamos desarrollando nuevos sentidos y nuevos órganos en comunidad.

La antena tiene bluetooth y le permite conectarse a internet

La era de las “transespecies”

El transhumanismo se define como un movimiento que busca integrar la tecnología a la condición human para mejorar sus capacidades o posibilidades.

En este sentido, los cyborgs serían una expresión de ese concepto de “transespecie”, tal como lo como define Harbisson. De ahí que decidiera fundar, junto a Moon Rivas y Manel Muñoz, la Transpecies Society, que se desprende de la Cyborg Foundation. “Es el proyecto social, un costado más activo, donde te puedes ser miembro y unirte a este momento”, explica Manel Muñoz, en diálogo con Infobae.

Manel Muñoz tiene un sensor barométrico para percibir ciclones y anticiclones

Muñoz es catalán, tiene 21 y un sensor barométrico adherido a su cabeza (aunque todavía no está implantado) que le permite percibir la presión atmosférica y así sentir la llegada de ciclones y anticiclones.

“Transespecies son todas aquellas personas que no se definen como 100% humanas. Y con la asociación tenemos diferentes grupos de trabajo, donde creamos órganos y sentidos cibernéticos. Ahora estamos trabajando en un proyecto para generar un órgano sensorial para sentir los rayos cósmicos, la calidad del aire que nos rodea y la presencia de campos electromagnéticos”, detalla Muñoz.

Así se escuchan los cuadros y los rostros de la gente

“Puedo componer música y si amplifico los sonidos en mi cabeza a un público entonces creo conciertos de color”, explicó durante la charla que ofreció en Tecnópolis.

Dijo que cuando a los supermercados, al estar llenos de colores, se siente como si estuviera en una discoteca . “Sobre todo en la zona de limpieza donde hay muchos tonos inesperados”, dijo.

“Ahora también puedo ir a un museo y esuchar un Picasso o un Salvador Dalí. Todos los pintores se convirtieron en compositores. En el caso del cuadro El Grito de Munch puedo literalmente escuchar el grito”, explicó mientras compartía con la audiencia su experiencia sensorial.

El dispositivo traduce los colores en sonidos

También explicó que esta habilidad le permite “escuchar los rostros de la gente”. Y mostró, tal como se ve en el video, cómo percibe las sensaciones según los diferentes tonos que hay en la piel, el cabello y la ropa. “Todos tenemos un acorde específico”, concluyó.

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Source: Infobae