El planteo acerca de la igualdad de género llegó para quedarse. La posibilidad de la llegada de una pastilla capaz de bloquear la producción de esperma, con unos efectos secundarios leves reabre la cuestión sobre a quién “corresponde” en la pareja evitar un embarazo no deseado. Qué dicen los expertos
La utilización de la píldora como método anticonceptivo hormonal se autorizó por primera vez en los EEUU en 1960.
Pese a que por aquellos años no fue bien recibida en muchos sectores y debió vencer las políticas natalistas del momento -en España por ejemplo recién fue autorizada su comercialización en 1964- desde entonces, las investigaciones científicas con miras a desarrollar métodos para evitar embarazos no deseados no cesaron.
Todas con un punto en común: estaban destinadas a crear más y más productos para la mujer.
Así, la mujer tiene para elegir “según su perfil de usuaria y estilo de vida”, métodos anticonceptivos orales (pastillas con una hormona o varias, para el acné, las permitidas en la lactancia, etc.), píldoras de emergencia, parches transdérmicos, anillos vaginales, dispositivos intrauterinos (DIU) de cobre u hormonales, implantes subdérmicos, inyectables mensuales y trimestrales, o bien la posibilidad de optar por realizarse una ligadura de trompas.
¿Qué opciones anticonceptivas tienen los hombres? Vasectomía y preservativo (eso sí, de colores variados, diferentes sabores y texturas para que su uso resulte lo más placentero posible).
Ahora, una nueva píldora llamada DMAU, desarrollada por los Institutos Nacionales de Salud, Eunice Kennedy Shriver, Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, parece muy prometedora. Los resultados del estudio, que se presentaron en la edición número 100 de la reunión anual de la Endocrine Society en Chicago, Illinois, sugieren que al igual que la píldora para las mujeres, la actividad de DMAU consiste en combinar un andrógeno (hormona masculina) como la testosterona, y una progestina; y debe tomarse una vez al día.
Sobre si los hombres tendrán la constancia y responsabilidad de tomar una píldora diariamente, la directora ejecutiva de FUSA consideró que “más que por la rigurosidad de la toma, más bien la cuestión pasa por la decisión de tomarla“.
“Creo que es necesario un cambio cultural para que los varones adopten un método anticonceptivo que no sea el preservativo”, manifestó Vázquez, para quien “en la sociedad todavía está muy arraigado que el cuidado es de las mujeres”.
Y agregó: “De hecho para el uso de preservativo, muchas veces si la mujer no insiste, ante igual riesgo de enfermedades de transmisión sexual, el hombre prefiere no utilizarlo”. “Lo que se observa muchas veces es que cuando la mujer toma ‘la puesta del preservativo’ como algo participativo de la relación sexual el hombre lo acepta con más naturalidad”, remarcó la experta. Pero -otra vez- la pelota vuelve a estar del lado femenino.
Y tras destacar que “no hay difusión médica acerca de que la vasectomía es segura, gratuita e indolora”, Vázquez opinó que “falta mucho para cambiar esta mentalidad de la obligación del cuidado femenino”.