El plusmarquista mundial de Ironman Tim Don es sinónimo de superación en el deporte después de la “tortura medieval” que tuvo que padecer para volver a competir tras un terrible accidente.
El 11 de octubre del 2017, a escasos tres días de un nuevo Mundial, en donde tenía que defender su récord, un coche atropelló al británico quien terminó con la segunda vertebra rota.
Tuvo tres opciones para elegir con respecto a su recuperación. Él eligió la más compleja, pero al mismo tiempo, la que le permitía seguir contando con un futuro dentro del deporte.
Este lunes 16 de abril, se correrá la maratón de Boston y habrá un personaje muy particular, el cual sufrió un penoso accidente seis meses atrás.
Mientras se preparaba para defender el tiempo que realizó en el Ironman de Brasil (7 horas, 40 minutos y 43 segundos) Un automóvil giró para entrar en una gasolinera de Kona, Hawai, y atropelló al atleta que iba en bicicleta. Media hora más tarde, se despertaba en el hospital con la segunda vertebra rota (que se ubica justo detrás de los dientes), la cual le permite hacer el movimiento de rotación al cuello.
La mala noticia no fue que no iba a poder participar del Mundial, sino que los médicos le recomendaron operarse para fijar la vértebra, lo que atraería aparejado la pérdida de movilidad en el cuello para siempre, una complicación que acabaría con su carrera deportiva.
“¿No hay otra opción?”, preguntó. Había dos más. Utilizar un cuello ortopédico, lo cual estaba prácticamente descartado debido a la gravedad de la lesión o servirse del “Halo”.
“El halo es un dispositivo de tortura medieval. Es una experiencia terrible, pero es la mejor opción si se quiere una recuperación completa sin limitaciones a largo plazo”, detalló el médico del atleta en el documental “The Man with the Halo”, que está próximo a estrenarse.
“Básicamente consiste en clavar cuatro clavos de titanio en la cabeza del paciente, dos en la frente y dos en la parte trasera, unirlas con una circunferencia y colocar dos barras de metal para formar un busto. Es muy doloroso. Pero funciona”, sentenció.
“Si voy a recuperarme, voy a empujar mis límites para hacerlo lo antes posible y lo mejor que pueda. Si soy capaz seré incluso mejor que antes”, aseguró Tim Don, y se sometió al “halo”, el cual tendría que utilizar por tres meses.
Vómitos, horas de sueño perdidas y supuraciones en las perforaciones de su frente, estuvieron presentes durante las 12 semanas en las que debía permanecer inmóvil, a tal punto que dormía sentado.
Con el sujetador puesto, comenzó a entrenar “como nunca”, pese a las limitaciones que éste le provocaba. El 3 de enero, publicó en su cuenta de Instagram el momento en que le retiraban el Halo: “cinco agujeros en mi cabeza pero muy feliz. Es una sensación increíble la de ser libre”.
El británico, quien logró un récord mundial en Brasil al completar los 3,86 kilómetros nadando, los 180 en bici y los 42,2 corriendo en siete horas, 40 minutos y 23 segundos, correrá mañana en la maratón de Boston, su primera gran competencia.
“No sé si todo esto dará resultado(…) Todo el mundo va intentar batir mi récord del mundo y yo no quiero. Quiero ser el mejor de los mejores, sin importar lo que ocurra, y haré todo lo que se necesite para lograrlo”, sentenciaba Don al “New York Times”.
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Source: Infobae