Cuando Kelli Rowlette recibió los resultados de una muestra de ADN que había enviado a un sitio web de genealogía popular, ella asumió que había habido un error.
La prueba mostró que su ADN coincidía con una muestra de un médico que estaba a más de 700 kilómetros de distancia y, aunque nunca había oído hablar de él, Ancestry.com señaló que había una relación padre-hijo entre los dos.
En ese momento, Rowlette no era consciente de que, hacía más de 36 años, sus padres habían tenido problemas para concebir.
No sabía que su madre se había sometido a una inseminación artificial, pero ni ella ni sus padres sabían que el médico de fertilidad de su madre, supuestamente, había usado su propio esperma para embarazarla.
Todo esto viene después de una demanda presentada hace unos días en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Idaho. En ella, Rowlette acusó a Gerald E. Mortimer, un ginecólogo obstetra retirado en Idaho Falls, de fraude y negligencia médica, entre otras cosas.
Mortimer no pudo ser contactado para que haga comentarios, y no está claro si tiene un abogado.
A principios de la década de los ochenta, los padres de Rowlette, Howard Fowler y Sally Ashby, estaban casados y vivían en Idaho Falls, no muy lejos de la frontera con Wyoming.
La pareja estaba teniendo dificultades para concebir. Mortimer, a partir de unas pruebas, diagnosticó a Fowler con un bajo nivel de espermatozoides y a Ashby con una malformación en el útero que se inclinaba hacia la columna vertebral, según relata la demanda.
El médico recomendó que Ashby se sometiera a un procedimiento a través del cual sería inseminada con esperma de su esposo y un donante anónimo que coincidiera con las especificaciones de la pareja. Ambos pidieron un donante que estuviera en la universidad, con abundante cabello y ojos azules, y Mortimer les dijo que había encontrado un donante que coincidía con su descripción.
La demanda afirma que cuando Mortimer realizó el procedimiento en el verano de 1980 utilizó su propio esperma, pero él, precisamente, no coincidía con las especificaciones de la pareja.
Ashby quedó embarazada y, en mayo de 1981, Mortimer dio a luz a su propia hija, sin revelar el secreto.
Mortimer se mantuvo como médico de Ashby durante varios años hasta que ella y su esposo se mudaron al estado de Washington.
“El Dr. Mortimer lloró cuando la Sra. Ashby le informó que se estaban mudando”, reza la documentación judicial. “El Dr. Mortimer sabía que Kelli Rowlette era su hija biológica, pero no le reveló esto a la Sra. Ashby o al Sr. Fowler“.
No fue sino hasta el año pasado que el secreto guardado durante décadas comenzó a desmoronarse, cuando Rowlette envió una muestra de ADN y le dijeron que algo estaba mal.
En julio, Rowlette, residente del condado de Benton (Washington), recibió la notificación de Ancestry.com. Ella se lo comentó a su madre mientras expresaba su “decepción por la falta de fiabilidad del servicio”, pero la mujer reconoció el nombre del médico.
“La Sra. Ashby contactó al Sr. Fowler, ahora su ex marido, y le transmitió la información que obtuvo de Ancestry.com. El Sr. Fowler también quedó devastado por la noticia“, dice la demanda, explicando que los padres estuvieron pensando en decirle o no eso a su hija.
Pero varios meses después, Rowlette descubrió la sorprendente verdad por sí misma.
En agosto, Rowlette estaba ayudando a ordenar los viejos documentos de sus padres cuando repasó su certificado de nacimiento. Había sido firmado por el médico que la había traido al mundo: Gerald Mortimer, de acuerdo con la demanda.
La documentación dice que Rowlette estaba “horrorizada” y contactó a sus padres en estado de “pánico para transmitirles lo que había encontrado”.
Tras las noticias de la demanda, una portavoz de Ancestry.com dijo en un comunicado que las pruebas de ADN “ayudan a las personas a hacer descubrimientos nuevos y poderosos sobre su historia y su identidad familiar“.
“Nos comprometemos a ofrecer los resultados más precisos, sin embargo, con esto, las personas pueden enterarse de conexiones inesperadas”, reza el escrito. “Con Ancestry, los clientes mantienen la propiedad y el control sobre sus datos de ADN. Cualquiera que tome una prueba puede cambiar su configuración de coincidencia de ADN en cualquier momento, lo que significa que si opta por no participar, su perfil y relación no serán visibles para otros clientes“.
Desde que salió a la luz la situación, Rowlette y sus padres han estado “sufriendo inconmensurablemente“, dice la demanda.
La familia está reclamando judicialmente a Mortimer, a su esposa y a Obstetrics and Gynecology Associates de Idaho Falls por negligencia médica, fraude, agresión, imposición negligente de angustia emocional e incumplimiento de contrato.
The Washington Post no pudo contactar inmediatamente al abogado de la familia para que hiciera comentarios.
Source: Infobae