De como el Estado le mostro el musculo de la justicia a Ricardo Anaya

VIDA Y POLITICA | COLUMNA

No es momento de martirizar a Ricardo Anaya ni de lamentarnos por ser el candidato mas herido rumbo a la elección presidencial en México.

En días pasados, hombres exagerados como Diego Fernandez De Cevallos (de quien se sospecha se auto-secuestro) ha dicho que no detendrán a Ricardo en su carrera por la presidencia a menos que lo maten – no dijo quien -, pero creemos que ha ido demasiado lejos, pues ni por mucho Ricardo es un candidato radical o que mueva masas como para que se atente contra el, empero, no hay argumentos solidos para destacar a Anaya en el campo de la política, pues nunca ha ganado una elección popular ni esta en el gusto de la gente.

Sí tratamos de ser imparciales cuando hablamos de lo que  está sucediendo, tendríamos que hablar forzosamente de la forma en cómo la impartición de justicia funciona en México, por desigual.

Francamente, lo que hemos visto de parte de las instituciones del Estado mexicano es que le han cargado la mano a Ricardo, quien, ya frustrado, ha caído en las encuestas y tambien ha ido perdiendo credibilidad frente al electorado.

Es posible decir que lo que está sucediendo es precisamente un daño a la imagen del candidato poniendo en duda su reputación, haciendo fácilmente previsible un daño certero con efectos inmediatos el día de la elección. Su anticipada derrota, lo que dejaría el campo solo para dos.

CAMPO DE ESPECULACIONES

No son más que especulaciones las que podemos hacer cuando hablamos que puede ser un enemigo interno quién ha orquestado y favorecido que Anaya sea tan maltratado en últimas semanas. A fin de cuentas, Anaya hizo todo lo que pudo con tal de ser “el candidato” y eso pudo haber sido un golpe sensible para algunos que creían legitimas sus aspiraciones y que hoy  ven que el camino que eligieron para competir no les va a alcanzar, pues el cobijo de los partidos es grande y frondoso. por eso Andres Manuel Lopez Obrador dijo “quien soltó al tigre que lo amarre”, en clara alusión a la situación de Anaya.

Aunque para este artículo tampoco vamos a martirizar a Ricardo Anaya y creemos que es pertinente que cuando un actor político de la talla de Ricardo hace una compra-venta de estas dimensiones, lo mínimo sería que tuviera certeza de la persona con la que está haciendo negocios, de otra forma me parece una imprudencia que quiera tener las riendas de un país cuando no ha sido lo suficientemente inteligente para hacerse el desentendido cuando esta  inmerso en una operación ilegal de lavado de dinero.

A COMO DE LUGAR

De alguna forma, en capítulos anteriores hicimos ya revisiones previas sobre la inexperiencia del candidato panista frente a las más antiguas estructuras políticas del país. 

Tampoco es que Ricardo Anaya Cortés sea el candidato a vencer para está elección y por eso haya sido elegido para echarle abajo la campaña, quizá sí lo sea que desde hace tiempo se sabe que está elección es entre dos, esos viejos conocidos de los que todos hablan, y ya saben quién.