Los restos humanos fueron descubiertos el sábado por la tarde cuando los líquidos y gases que despedían inflaron los baldes hasta levantar el cemento que las ocultaban. Luego entonces, vecinos de la calle Emiliano Zapata avisaron a policías preventivos después de percibir el olor producido por la descomposición y dejar ver pedazos de piel en su interior. Los elementos confirmaron que efectivamente había algo dentro de esos botes (con capacidad para 20 litros) y solicitaron apoyo de bomberos para romper dichos recipientes. Cuando lo hicieron, descubrieron parte del cadáver desmembrado de un hombre del que sólo se pudo reconocer la nariz, las orejas y parte de la espalda en la que se le alcanzó a ver un tatuaje de una escala musical. Peritos de la procuraduría capitalina analizan los restos y aún no determinan cuánto tiempo llevaban en el interior de las cubetas los restos humanos. Además, se labora para determinar el tiempo aproximado de la muerte de la víctima y su posible identidad a través del análisis de huellas y rastros hemáticos. Como parte de las indagatorias, las autoridades buscan a las personas que usaban esos botes para apartar espacios. Con información de El Universal