Muchas veces, la transición de la juventud a la (horrible) adultez, es algo de lo que no nos damos cuenta. Solemos creer que la edad es lo único que define el estado actual en el que se encuentran nuestras vidas, pero la triste realidad, es que aunque la edad oficial de la adultez sean los 25, y tengamos 22 o 23 años y nos sintamos muy jóvenes, pronto comenzaremos a tener (e incluso disfrutar) ciertas responsabilidades que nos hacen adultos.
¿Te emociona pensar en una decoración nueva para tu casa? ¿Lavas tu propia ropa? ¿Te estresa que haya una enorme torre de platos sin lavar en la cocina? Entonces temo decirte que eres un adulto. Y esta lista es para ti.
Estas 15 cosas generalmente son pequeñas señales que no estamos dispuestos a asumir, pero que, dándoles un poco de perspectiva, comienzan a tomar total sentido.
1. Irte de la casa de tus padres
Probablemente sea el primer gran paso. Si ganas suficiente dinero como para comenzar a ver un apartamento para ti, y dejar de soñar con él al fin. Te estás volviendo un adulto. Tal vez no tanto si solo te alcanza para la renta, y no tienes prácticamente ningún mueble, pero por algo se empieza, ¿no?
2. Mantener la casa limpia
Si te interesa el orden, es que seguramente ya nadie pueda hacerlo por ti. Y con esto terminaste por descubrir que, desgraciadamente, el polvo sobre los muebles no va a limpiarse solo. Triste, pero también satisfactorio (solo cuando ya está terminado).
3. Tus padres ya no toman decisiones financieras por ti
En algunos casos ya ni siquiera te sugieren. Saben que no pueden seguir controlando tu cuenta bancaria. Después de todo, ahora ganas tu propio dinero, y si quieres puedes despilfarrarlo. Es tu libertad, pero también tu responsabilidad.
4. Hacer una compra de comida semanal
Como ya no estás en casa de tus padres, te diste cuenta de que si no comes, mueres; y si no compras comida, no hay. ¿Ya sabes cocinar, te gusta probar nuevas recetas, especias e ingredientes? Eres el perfecto adulto.
5. Preferir quedarse en casa a salir
Aunque sea un viernes en la noche. Estás cansado y cada día valoras más tus horas de sueño. De repente, algunas cervezas con los amigos ya no se ven tan atractivos como una cama calentita, papas fritas, y Netflix.
6. Tener una tarjeta de crédito
Debe ser una de las responsabilidades financieras más grandes de todas, sin embargo, ya no te tienes tanto miedo a ti mismo. Sabes que eres capaz de no usarla para despilfarrar porque, después de todo, tarde o temprano lo terminas pagando tú.
7. Ver las noticias
Tal vez esta sea la primera señal de que nos volvemos adultos. Durante la infancia y la adolescencia, las noticias son el eterno y enfermante aburrimiento. A nadie le interesa lo que pasa en el mundo. Nos interesa más saber lo que pasa por nuestras juveniles cabecitas. Si te importa el acontecer actual, y cómo esto pueda afectarte a ti o a tus seres queridos. Oh, dios. Te estás transformando en un adulto.
8. Reciclar
Comenzaste a preocuparte por la manera en la que se distribuye la basura. Seguramente porque ves cuánta eres capaz de producir a pesar de que vivas solo (o con algún amigo), y en las noticias viste que el acontecer ecológico es algo demasiado importante en esta época. Lo mejor es reciclar.
9. Saludas a las personas con un apretón de manos
Ya no más saludos extraños que parecen inventados por alienígenas sacados de una serie de ciencia ficción. Ahora eres serio, pero también cordial. Es importante mantener siempre la compostura. Tal vez, si en algún momento tú y esa nueva persona que recibe tu mano con la suya, llegan a ser grandes amigos, se den un abrazo.
10. Tienes anotados tus compromisos
Cuando se es un adulto, la falta de tiempo nos resulta impresionante. Y con esto, también comenzamos a prestarle menos atención a las cosas de la vida diaria. Ahora, anotamos todo lo que no sea trabajo. No podemos tener tanto en la cabeza.
11. Decoras
Ser un dueño de casa significa, entre otras cosas, decorar. Y si ésta es para ti la parte más divertida y emocionante de tener una casa. Sí que estás viejo. Un verdadero adulto se emociona corriendo a las tiendas a ver nuevas decoraciones, luces, cuadros y sillas para su casa.
12. Vas a la cama antes de las 11
Si no lo haces, al día siguiente no puedes rendir bien. Es una parte importante (e ineludible) de la transición a la adultez. No importa. Está bien. Aunque al principio nos avergüence un poco.
13. Disfrutas las galerías de arte y los museos
Un verdadero adulto debe tener buen gusto, ¿no? No podemos quedarnos solo con el conocimiento de lo que nos dio nuestra área de trabajo o estudio. Hay que intentar expandir los horizontes. El arte siempre es un buen lugar por donde empezar.
14. Tu madre te pide consejos
Se invierten los roles ¿eh, mamá? Pues, en realidad, aunque a veces nos gustaría decirles eso, siempre les daremos un consejo lleno de amor, paciencia y comprensión. Ellas fueron las primeras personas en ser buenas y abiertas con nosotros antes de adquirir un poco de perspectiva.
15. (Intentar) discutir sobre economía
La situación financiera del país y el mundo son cosas importantes, y también es importante que nosotros nos formemos una opinión sobre estos asuntos, y comencemos a preguntarnos de qué lado económico y político estamos. Cuáles podrían ser las bases para mejorar la situación actual, y qué podemos hacer para aportar a esto. No suena tan terrible como parece, pero seguramente digo esto porque cuando hablo de economía, en realidad no sé qué estoy diciendo.
Aunque sea triste, la adultez es algo que, a fin de cuentas, nos llega a todos. Y solo hay que intentar aceptarlo.
Source: UPSOCL