Cairyn Bloomfield, una joven estudiante australiana, engordó 30 kilos en un año tras realizar un intercambio universitario, situación que la impulsó a cambiar radicalmente sus hábitos alimenticios para mejorar su estado de salud.
Mientras la joven estudió en Canadá consumió alimentos altos en calorías. Sin darse cuenta subió rápidamente de peso, tanto que ni sus familiares pudieron reconocerla al regreso de su viaje.
“Mis pantalones no paraban de romperse durante mi estancia en Canadá y simplemente asumía que era porque hacía frío. No quería pensar que estaba ganando peso (…) Luego, cuando llegué a casa y empecé a probarme la ropa que tenía allí me dí cuenta de todo lo que había engordado”, aseguró la joven a la versión australiana de Mail Online.
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Ya en su país natal Bloomfield decidió visitar a su mejor amiga, con quien compartía prendas de vestir antes de realizar el intercambio y recibió un duro golpe.
“Ella y yo somos de la misma estatura y solíamos vestir las mismas tallas. Pero cuando abrió la puerta no me reconoció (…) Nos empezamos a probar ropa como de costumbre y la que le estaba suelta a ella yo no podía ni siquiera hacerla pasar más allá de mis rodillas”, comentó la joven.
“Al sacarle el tema, ella admitió que cuando me vio en el aeropuerto ni siquiera me reconoció. Fue solo en el momento en el que me acerqué a ella saludando cuando se dio cuenta de quién era en realidad”, agregó.
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Adelgazar de forma saludable
Tras tomar consciencia de los riesgos que corría, la joven realizó cambios en rutina. Por lo anterior, tras varias visitas al nutricionista, el primer paso fue cambiar su relación con la comida.
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“No tenía ni idea de cómo cocinar algo sano, solo sabía hacer pizzas y cosas así. La experiencia ha cambiado por completo mi mente, sobre todo mi apetito”, comentó.
Antes de comenzar su dieta, las comidas de la australiana eran una taza de chocolate blanco con caramelo, cereales azucarados y zumo de naranja industrial como desayuno, un gran plato de pasta con salsa en el almuerzo y carne con patatas fritas y ketcup a la hora de la cena.
Actualmente la estudiante consume una taza de café y una tostada con palta al desayuno, legumbres como almuerzo y arroz, ensaladas o verduras asadas a la hora de la cena.
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Es necesario destacar que la estudiante eliminó por completo el azúcar de su dieta junto al consumo de alimentos procesados.
Además, la joven desarrolla una rutina de ejercicios acompañada de un amigo , la cual por lo menos debe incorporar 15 minutos de cardio.
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Con información de El Confidencial.
Source: El Ciudadano