Ha pasado mucho tiempo desde que los teléfonos móviles llegaran a las escuelas del país, pero los educadores todavía están lidiando con qué hacer con ellos.
¿Deberían ser permitidos en las escuelas primarias? ¿Qué hay de los estudiantes de grado de medio que los usan durante la hora del almuerzo? ¿Qué límites tienen más sentido para estos dispositivos?
Este debate está suscitando preguntas y cierta controversia en los grados inferiores, unas dos décadas después de que los teléfonos celulares se conviertieran en una parte ineludible del panorama cultural.
El debate surgió en el sistema escolar más grande de Maryland, en los suburbios del condado de Montgomery, donde algunas de las reglas se han relajado en los últimos meses.
Solía ser que los estudiantes de hasta quinto grado podían llevar móviles únicamente con un permiso especial. Pero a lo largo de los años, un número cada vez mayor de padres deseaba que sus hijos de edad primaria llevaran sus dispositivos a la escuela, a menudo creyendo que los niños estarían más seguros, caminando a casa o en una emergencia, teniendo el teléfono.
A medida que el distrito de Maryland tomó acciones para eliminar la vieja regla, otros padres se oponían a la decisión, sorprendidos de que a los niños de tan solo seis o siete años se les permitiera llevar teléfonos inteligentes a la escuela. Un padre recordó que la escuela de su hijo prohibía los fidget spinners y las cartas de Pokémon. ¿Por qué había que permitir los celulares?
“Un teléfono sería más una distracción. A menos que haya una necesidad demostrada, no veo por qué debería haber teléfonos en la escuela primaria“, dijo Art Bennett, que tiene tres hijos en la escuela.
El cambio en las reglas del distrito, que entró en vigencia este otoño, también permite a los estudiantes de secundaria utilizar esos dispositivos durante el almuerzo si los directores del centro les dan autorización, una idea que ha conjurado imágenes de niños inclinados sobre teléfonos en la cafetería que ha dejado a los padres preocupados y consternados por las horas que sus hijos pasan frente a las pantallas.
“Todos sabemos que el teléfono es una bendición y una maldición. No veo por qué queremos convertir a estos niños en adultos pequeños“, afirma Lisa Cline, copresidenta de un subcomité de tecnología segura del Consejo del condado.
Si bien hay pocos datos nacionales sobre cómo los sistemas escolares manejan estos temas, parece que los enfoques varían ampliamente. Algunas escuelas prohíben teléfonos inteligentes, mientras que otras los permiten en los pasillos o durante los períodos de recreo, o simplemente los incorporan activamente en la instrucción.
“Realmente no veo un consenso. Nadie sabe qué hacer. Creo que todos están probando cosas diferentes y viendo cómo funcionan“, comenta Elizabeth Englander, profesora de la Universidad Estatal de Bridgewater, en Massachusetts.
Recientemente, Englander descubrió que el 40 por ciento de los estudiantes de tercer grado encuestados en cinco estados tenían un teléfono celular, un número que se duplicó de 2013 a 2017. Entre los estudiantes de tercer grado que tenían teléfono, más del 80 por ciento dijo que lo traían a la escuela todos los días, según un análisis preliminar.
En la región de Washington DC, las reglas, a menudo, cambian según la escuela.
En el condado de Fairfax (Virginia) algunas escuelas intermedias permiten teléfonos celulares durante el almuerzo y otras no. En Prince George (Maryland) se les permite únicamente con la aprobación del director. En DC, las escuelas públicas también desarrollan políticas de teléfonos celulares a nivel escolar y al menos un centro de secundaria entrega los teléfonos a los estudiantes durante el almuerzo.
En Montgomery, los funcionarios del sistema escolar dicen que están cambiando con los tiempos, en un mundo cada vez más digital donde más padres compran teléfonos a sus hijos y donde más niños se los llevan en sus mochilas. Los estudiantes de todos los grados son responsables de usarlos apropiadamente.
“Hace cinco o diez años, muchos estudiantes de escuelas primarias no tenían teléfonos celulares. Ahora, muchos de ellos sí“, remarca Pete Cevenini, director de tecnología del sistema escolar.
Pero algunos padres expresan su preocupación de que, al final, con el requisito de obtener una exención, se acabe con más dispositivos en primaria. Los niños no pueden usar los teléfonos durante el horario escolar, a menos que un maestro combine su clase con esos dispositivos. Pueden utilizarlos a la salida y en los autobuses escolares, según las nuevas reglas.
Un informe reciente de Common Sense Media, un grupo sin fines de lucro que ayuda a las familias a navegar por cuestiones relacionadas con los medios y la tecnología, mostró que el tiempo de pantalla móvil aumenta para niños de ocho años o incluso menor edad.
A nivel nacional, a medida que más teléfonos se han ido introduciendo en la escuela a lo largo de la última década, los educadores han cambiado su enfoque del simple hecho de tener un dispositivo a un comportamiento inapropiado, de acuerdo a Ann Flynn, de la Asociación Nacional de Juntas Escolares.
A medida que las escuelas intermedias consideran el problema, muchos padres se preocupan por el fenómeno más amplio del tiempo frente a la pantalla. Dicen que los estudiantes necesitan contacto cara a cara para desarrollar las habilidades sociales, ampliar amistades y aprender a navegar en situaciones incómodas. No necesitan otro lugar donde los teléfonos se hagan cargo de su atención.
Source: Infobae