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Por qué quienes deciden no ser padres siguen siendo estigmatizados en los EEUU

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Por qué quienes deciden no ser padres siguen siendo estigmatizados en los EEUU

Los estadounidenses tienen menos hijos. La tasa de fertilidad de Estados Unidos está en su punto más bajo. Hay más personas solteras y parejas que prefieren retrasar o renunciar a la paternidad. Sin embargo, el hecho de no tener niños todavía no está socialmente aceptado.

Un estudio analizó la estigmatización, la reacción y la “humillación social” hacia las personas que no tienen hijos.

La investigación, a cargo de Leslie Ashburn-Nardo, profesora de psicología de la Universidad de Indiana, pidió a 197 estudiantes universitarios que leyeran una viñeta sobre un graduado casado, que se describía como un hombre o una mujer, que tenía cero o dos hijos.

Cuando se les pidió que evaluaran sus sentimientos en una escala de 1 a 5, Ashburn-Nardo quería ver si los participantes, con una edad media de 20 años, veían a los alumnos sin hijos psicológicamente más o menos satisfechos de aquellos compañeros que sí son padres.

Lo que encontró fue asombroso, tal y como ella relata en un correo electrónico. Descubrió que los alumnos sin niños eran “percibidos como significativamente menos satisfechos psicológicamente” que los que eran padres. Los participantes reaccionaron con disgusto, desaprobación, molestia, indignación e ira hacia los que no tenían hijos.

No hubo diferencias de género en la forma en cómo se veía a este grupo social. Los estudiantes creían que tanto los hombres como las mujeres sin hijos tenían menos probabilidades de llevar una vida feliz. La estudiosa encontró que algunos jóvenes ven la paternidad más como una obligación moral que una elección personal, y que las personas que no tienen niños deben prepararse para ser juzgadas y estigmatizadas.

(istock)

La humillación social fue lo más sorprendente. Todavía me asombra como la gente puede hablar de esos sentimientos hacia una persona que no conocen y que nunca conocerán“, escribió Ashburn-Nardo.

Como mujer soltera de 40 años que durante mucho tiempo ha querido tener niños, esta investigación fue desoladora. Jamás he querido que nadie tuviera compasión de otros pero, este estudio me confirmó que las personas como yo, maduras, somos el desprecio de otros. Pero no tener hijos no fue una decisión tomada a la ligera. De hecho, jamás lo decidí.

Como niña adoptada siempre he tenido un sentimiento de más cohesión familiar (un novio me dijo una vez que no sería capaz de “curar mis heridas de niñez” hasta que me convirtiera en madre). Aunque nunca he sido una mujer especialmente maternal, durante muchos años he soñado con encontrar al compañero perfecto, el tipo de persona a quién el hecho de tener un hijo es algo necesario. Creía que si tenía el amor, sentiría ese impulso primario hacia la maternidad que tienen muchos de mis amigos.

(iStock)

Pero ese compañero ideal todavía no ha llegado y tampoco tengo ese deseo inquebrantable de ser madre. Después de todo, me di cuenta de que, incluso cuando era una niña e imaginaba mi futuro adulto, jamás pensé en la maternidad. Veía una cálida y apasionada relación a largo plazo con un hombre al que amaba, además de tener buenos amigos, viajes glamourosos, un hogar acogedor y un montón de animales. Unos cuantos parientes podrían ser toda la familia que necesito. Pero que esa decisión personal, aunque dolorosa, ofendiese a otros me hace sentir aún más estigmatizada.

Ashburn-Nardo, que suele estudiar el racismo y la manera de cómo combatirlo, está casada y muy familiarizada con el hecho de sentirse juzgada. Recordó cómo los extraños asumían en las fiestas que ella y su esposo eran padres y que muchos les preguntaban por sus hijos inexistentes. “Entiendo que la mayoría de la gente de nuestra edad tiene hijos”, afirma al tiempo que relata que cuando dice que no tienen, las reacciones de los extraños (una mirada de desdén, como si hubiesen hecho algo malo) fue lo que le llevó a realizar esta investigación.

Esa reacción se relaciona directamente con el término de “humillación social” que utiliza en el estudio. “La gente experimenta indignación moral cuando percibe que alguien ha violado un comportamiento que se supone que es correcto. En este caso hay una expectativa social de que la gente tenga hijos“, comenta.

¿Qué dice esta humillación de los participantes en edad universitaria sobre otros jóvenes que optan por renunciar a la paternidad? ¿Qué dicen de los adultos que, como yo, no tienen hijos? Según Ashburn-Nardo, el mensaje que se envía es que “la paternidad no es solo algo que todos deseamos, sino que es la única receta para la felicidad y la satisfacción”. Sin embargo, la mayoría de la literatura científica muestra que eso no es cierto. “El meta análisis de cientos de estudios demuestra que tener hijos afecta negativamente a la satisfacción de la relación“, apuntó ella.

Source: Infobae