MUJER ITALIANA SUDA SANGRE, Cientificos ya la estudian
El caso tuvo lugar en Italia y ha sido destacado por la revista Canadian Medical Association Journal (CMAJ), donde lo describen como un caso de lo más inusual. La paciente de 21 años llevaba tres años sangrando, con episodios que duraban entre uno y cinco minutos, especialmente durante el sueño y mientras hacía ejercicio. Sin embargo, no había heridas en su piel ni un desencadenante que resultara obvio para los médicos. Las hemorragias eran espontáneas, y más intensas cuando la joven estaba estresada.
Imagina la cara del médico de turno cuando una mujer joven llegó a la consulta diciendo que llevaba tres años transpirando sangre por las manos y la cara. No tenía signos de lesiones en la piel y su condición era tan grave que la había obligado a aislarse de la gente y hundirse en una depresión.
Después de tratar a la paciente por su depresión y ansiedad, los dermatólogos del hospital de Florencia la diagnosticaron con hematidrosis, una condición muy rara que hace que algunas personas rezumen sangre por la piel. Si bien existen decenas de artículos e historiales sobre el trastorno (la primera mención del “sudor de sangre” se remonta a Aristóteles en el siglo III a. C.), muchos médicos dudan de su existencia por su histórico vínculo con la religión.
“En un mundo cada vez más secular, la asociación de la hematidrosis con el misterio religioso puede hacer que su existencia sea más difícil de aceptar”, escribió en CMAJ la historiadora médica Jacalyn Duffin, de la Universidad de Queen en Ontario, que ha revisado los más de 40 estudios sobre esta condición que han sido publicados desde 1880.
La hematidrosis se asocia desde la Edad Media con una reliquia religiosa conocida como el “velo de la Verónica”, un paño que según la tradición católica quedó impreso con la cara de Jesús. En 2012, un estudio científico mencionó que el trastorno “no había sido confirmado científicamente”, y a día de hoy los médicos no saben qué causa exactamente la afección.
Por lo que respecta a la paciente italiana: los médicos no encontraron nada anormal en su piel y optaron por tratarla con propranolol, un beta bloqueador para el corazón y la presión arterial. Esto condujo a una reducción importante de las hemorragias, pero no a una remisión completa del sangrado.