Por Johan Perdomo |
Hoy se cumplen 40 años del lanzamiento de la sonda espacial Voyager 1, el primer objeto humano en alcanzar el abismo del espacio interestelar. Esto, tomando el rumbo de salida del sistema solar se ha alejado ya de la Tierra, probablemente hasta una distancia de seis veces la órbita de Neptuno, llevando consigo un disco de oro que contiene sonidos e imágenes que retratan la diversidad de la vida y la cultura en la Tierra.
Se diseñó con el objetivo de dar a conocer la existencia de vida en la Tierra a alguna posible forma de vida extraterrestre inteligente que lo encontrase, y que, además, tenga la capacidad de leer, entender y descifrar el disco.