La leyenda rusa Garry Kasparov reinó sin sombra en el mundo del ajedrez, que revolucionó con su personalidad antes de retirarse para consagrarse a otra partida, la política. Pero el tiempo no ha podido evitar que regrese a su hábitat natural.
“El ogro de Bakú”, uno de los jugadores más importantes de la historia, no tiene nada que demostrar, pero su vuelta a la competición oficial el lunes en la ciudad estadounidense de San Luis ha alimentado la sed por ver a este mito.
Garik Kimovitch Vaïnstein nació hace 54 años en Bakú, la capital de la antigua república soviética de Azerbaiyán, de padre judío y madre armenia.
Prodigio de las 64 casillas, a los 12 años adoptó el apellido de su progenitora, Klara Karpatova, y protagonizó poco después uno de los duelos más largos, épicos e importantes de la historia de esta disciplina frente a Anatoli Karpov.
Sus cara a cara –Kasparov era un niño azerbaiyano y Karpov uno de los símbolos de la URSS– no estuvieron exentos de drama, mientras el imperio soviético se desmoronaba.
– El ordenador –
Kasparov venció en 1985 a su más férreo enemigo y se convirtió en el campeón del mundo más joven. Su dominio se extendió sin pausa durante los siguientes 15 años.
Fue teatral, grandilocuente, nervioso y siempre movido por la ambición de ganar. A lo largo de su reinado fue bautizado como “el ogro de Bakú”.
“El monstruo de cien ojos que lo ve todo” logró que el mundo del ajedrez entrara en otra dimensión, más moderna, rápida y tecnológica, en la que los patrocinadores invirtieron y las partidas comenzaron a retransmitirse por televisión.
En esta nueva era, también fue el primer en usar bases de datos informáticos para entrenar.
Este paso adelante propició sin embargo su primer estrepitoso fracaso. A pesar de haber proclamado que ningún dispositivo electrónico le ganaría nunca, en 1997 perdió ante un ordenador, el Deep Blue de IBM.
Tres años más tarde cedió su título a su antiguo discípulo y compatriota Vladimir Kramnik, y en 2005 decidió retirarse definitivamente.
– Putin –
Kasparov nunca cortó los lazos con su pasión y hasta trató de dirigir la Federación Internacional de Ajedrez, la FIDE.
Pero su controvertida personalidad fue su peor baza durante su campaña. Al final cedió frente al excéntrico y multimillonario Kirsan Iliumjinov, cercano al presidente Vladimir Putin.
Tras dejar a un lado los tableros, el ex campeón del mundo se metió de lleno en la política, donde es un férreo detractor de Putin. En 2008 llegó a presentarse a las presidenciales junto a la coalición opositora Otra Rusia.
En 2011 participó en el movimiento sin precedentes contra Putin y un año más tarde fue detenido por manifestarse en apoyo de las Pussy Riot.
Kasparov llegó a la conclusión de que la política rusa no es un juego en el que se puede sacar al rey moviendo solo fichas. En 2013 se exilió en Nueva York, desde donde sigue haciendo campaña en contra de Putin.
Tras doce años como peón en la política, regresa a los torneos con el deseo de volver a ser rey.
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