Los bonos de Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche, crecieron en sobremanera después de reunirse con el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, quien elogió el avance que lleva la consolidación del proyecto Tren Maya en esa entidad y ponderó la pluralidad de la reunión privada en la Ciudad de las Murallas, “gracias a la actitud de conciliación del gobernador”.
La verdad es que Alito, a pesar de su juventud, es un político con mucha capacidad y madurez. Como priista, en las pasadas campañas demostró que sabe luchar aguerridamente para no perder las posiciones que estaban en competencia, a pesar del potente efecto AMLO.
Sin embargo, una vez concluido el proselitismo y consumada la elección, fue el primero de los mandatarios de un partido opositor a Morena que reconoció el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y dio vuelta a la página para ponerse a trabajar en los proyectos de desarrollo que el presidente electo ya traía en mente.
Moreno Cárdenas es un político joven, carismático, capaz y muy trabajador. Es un hombre de resultados, no solamente de discursos; por eso se ha ganado el reconocimiento de López Obrador con quien ya tiene una magnífica relación, a pesar de los intentos de amarrar navajas de algunos de sus detractores.
El sábado, Alito no llegó con cuentos a la reunión con AMLO sino le presentó un video promocional del proyecto Tren Maya, le entregó toda la documentación del plan con el derecho de vía resuelto, para que a partir del 1 de diciembre el presidente de la república pueda iniciar sin contratiempo la construcción de 500 kilómetros de camino férreo en Campeche, con una inversión que oscila entre los 30 mil y 50 mil millones de pesos.
También se adelantó a realizar una encuesta en la que el 82 por ciento de los habitantes del Sureste apoya la edificación de la obra que sin duda alguna impulsará la economía de la región a través del turismo.
En Campeche Andrés Manuel y Alito han dado una verdadera muestra de civilidad, han demostrado en la práctica que una cosa son las campañas y otra es el ejercicio del poder. En campaña los políticos defienden a su partido y su plataforma, en el gobierno no se hace distinciones y, a través de acuerdos con diferentes fuerzas y partidos, se logra la pluralidad y respeto que se necesitan para impulsar el desarrollo de todo un pueblo.
Algo que quizá ha impactado a López Obrador es que a pesar de que el presupuesto de Campeche no es muy generoso que digamos, Alejandro Moreno ha logrado colocarlo como el estado más seguro de todo México, en el que se puede caminar por sus calles sin peligro de ser asaltado, pues hay permanente vigilancia policíaca y ahí sí funcionan las videocámaras.
Además, desde hace más de un año el mandatario campechano inició un programa de austeridad, se deshizo del avión oficial y empezó a viajar en vuelos comerciales; ha combatido la corrupción con empeño y una muestra es que también, desde recién iniciado su gobierno, impulsó y logró la abolición del fuero constitucional, a fin de que quienes se desempeñen en algún cargo público o de elección popular enfrenten la ley en igualdad de condiciones, si el caso así lo amerita.
Qué pensaría Andrés Manuel López Obrador el domingo, al terminar sus actividades en Villahermosa, después de la descortesía de Arturo Núñez de no entregarle la playera de los Olmecas de Tabasco. En Sonora le dieron la de Los Naranjeros; en quintana Roo, la de los Tigres; en Yucatán, la de los Leones; en Campeche, la de Los Piratas, ¿y en su estado?